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Héctor Martínez

Ha pasado tiempo de la ultima aparición de Carol Danvers en el universo Marvel, tras ese cameo olvidado al final de Shang-Chi, (spoilers de una película de hace dos años), con una secuela tardía, vuelve el personaje, que por lo menos, un tiempo fue nominado como el más fuerte de la franquicia, pero esta vez no esta sola, la acompaña, Monica Rambeau y una entusiasmada Kamala Khan.

Viendo las fortalezas de la cinta, tenemos una premisa sencilla e instantánea, Monica y Carol, aunque a distancia entre ellas, se encuentran revisando una anomalía espacial, que no tarda en afectar sus habilidades de energía, haciéndolas cambiar de lugar e involucrando una tercera individua, Kamala, humana-mutante, quien resulta ser usuaria de poderes equivalentes a las primeras dos, dejándolas en situaciones intercaladas de persecuciones y peleas, hasta que logran reunirse, juntas deberán resolver el misterio de esta situación, mientras buscan a Dar-Benn, una Kree vengativa enemistada con la Capitana Marvel. 

Después de esa rápida introducción tenemos una historia divertida de la cual, una joven Iman Vellani, se lleva todo el crédito de que la mecánica grupal funcione, un cast bastante acertado, pues en más de una ocasión es un reflejo de la audiencia geek quien se goza de su personalidad, sin embargo, dejando en un segundo plano a sus compañeras, sin mencionar a una antagonista, quien apenas conocemos y poco sabremos, cuyo final, termina siendo igual de veloz que su rival, y preparando terreno para una de las promesas más fuertes del futuro de Marvel, una vez más el multiverso.

Cabe mencionar que antes de irnos a créditos la película nos muestra a Kamala jugando a Nick Fury, buscando ya sabes quién para hacer ya sabes que, otra de las promesas de la saga de comics, y para su post créditos, los fans estarán conmovidos por el regalo de esta cinta.

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