Por Vicente Guerrero.
Monterrey, Nuevo León, 6 de julio de 2019.- Pasar por el tamiz del celuloide una cruda realidad como lo es la descripción de un asesino serial es una tarea ardua para cualquier director.
Quien se atreva a hacerlo debe contar con muchos elementos en su historia y con una excelente selección de imágenes para lograr impactar al espectador para ofrecer una obra con la que “pinte” dicha realidad y no quedarse con nada en el tintero, si no sería una pieza fallida.
Las elocuentes escenas de “Ted Bundy. Extremely Wicked, Shockingly Evil, and Vile”, de Joe Berlinger, logra acertadamente revivir la historia del asesino serial que impactó a un sector de Estados Unidos en la década de los 70 y parte de los 80, pues su caso fue el primero que captó la atención de los medios de comunicación de aquel entonces.
Berlinger hizo brillar el talento del actor Zac Efron, en el rol protagónico del malvado, carismático, vil (el orden en que ustedes, estimados lectores, coloquen esos calificativos queda bajo su propia perspectiva de las cosas después de ver la cinta) Theodore Robert Cowell Bundy, nombre real del afamado criminal que asoló a la población al grado de hacer que las personas, particularmente las mujeres jóvenes, dejaran de salir a la calle por el miedo a encontrarse a tal personaje.
Efron, uno de los galanes de la pantalla grande en las últimas décadas, deja atrás su imagen de hombre sexy y niño bonito para dar un vuelco en esta película que narra una de las historias más macabras de Estados Unidos, la de Ted Bundy.
Y el director aprovecha a su favor el atractivo del actor, pues el personaje de hombre seductor y manipulador que fue Bundy, está bien representado. No sabemos cuánto tiempo invirtió Efron para desarrollar a este tipo de hombre, pero en la cinta podemos ver que se introdujo hasta la médula para lograr ser su reflejo en la pantalla.
A Lily Collins la acabamos de ver en “Tolkien”, y en esta entrega de Berlinger notamos igualmente una transformación, pues encarna a la mujer que compartió parte de los últimos días en libertad de Bundy, papel nada fácil, ya que también le requirió de un trabajo de investigación e introspección para interpretar a Liz Kendall
Un mérito importante es para el guionista, pues “Ted Bundy. Durmiendo con el enemigo”, título con el que se le conoce en México a la película, inserta las imágenes de los hechos reales con los creados por el equipo de Berlinger. Las sensacionalistas imágenes que dieron la vuelta al mundo recogidas por los medios de comunicación de aquel entonces, como la prensa escrita y la televisión, permiten apreciar la forma en que este caso captó la atención de la población y lo hará con más de uno cuando vea esta cinta cuyo documental ya se puede ver en Netflix.
No incluimos aquí la reflexión sobre el papel de los medios de comunicación en la creación de un personaje de la talla de Bundy, pues es tema para otro artículo, pero la película lo recrea de forma tangencial para dedicarle una buena parte de la duración de 108 minutos para desentrañar al criminal en cuestión.
Los hechos que ahora son historia y forman parte de la idiosincrasia de la nación de las barras y las estrellas, al pasar por la lente del séptimo arte, se edulcoran para hacerlas digeribles. Digamos que así es Hollywood y nos aguantamos que así sea, pues ahí tenemos a nuestro afamado y muchas veces criticado Lars Von Trier que ofrece otro tipo de cinematografía.
Y aunque lo terrible ya pasó, en la mente de más de un espectador despertará el interés por ver cuántos seres como Ted Bundy andan sueltos, no solo en el vecino país, sino en cualquier otro.
Para ello es la magia del cine. Magia que a veces no queremos experimentar, pero que está ahí, latente, terrible.
Fecha de estreno: 26 de Julio