Santiago Auserón «Juan Perro» El Ritmo perdido

Santiago Auserón, exvocalista de Radio Futura, explica en su libro “El ritmo perdido”, cómo llegaron los ritmos negros a los cantos españoles, y para eso se remonta a la época en la que España fue invadida por toda la influencia de Medio Oriente, que estuvo presente durante cinco siglos. Dicha publicación se editó con la Universidad de Guadalajara y la Universidad Autónoma de Nuevo León en 2012.

Ahora, Juan Perro Trío, trae la producción titulada “Los inadaptados”, donde Auserón forma ensamble con el guitarrista Joan Vinyals y el clarinetista y saxofonista Gabriel Amargant.
Cuando le preguntamos sobre el tiempo que dedica a la música y a la investigación, nos contestó: “Se trata de una tarea larga ya, porque la edad se acumula, y entonces, aunque los propósitos se tengan qué aplazar, porque no da tiempo para hacer todo lo que uno quiere, algo de constancia, tener empeño y de paciencia pues vas alcanzando un huequito tras otro, y anotando en los cuadernos y subrayando las lecturas, haciendo como una especie de pequeño mapa de las ideas que te van interesando. Te quiebras un poco la cabeza, regularmente, porque es salir a carretera y el trabajo de tocar y a veces no es compatible con la tarea intelectual, no es fácil, pero lo que es interesante comprobar es que marca su tránsito o deja unos hitos, unas señales, como unas miguitas de pan, del cuento de los niños, que van dejando un caminito para regresar a casa, o si uno deja señales o notas, algunos cuadernos donde dejas tus lecturas. Luego, cuando tienes un tiempo de reposo, es muy interesante volver al trabajo de los libros y de la reflexión y volver a condensar las ideas que están dispersas, un poco por los caminos, tratar de juntarlas, sacar algo de ello. Una especie de reto distinto, de reto nuevo, y para mí tiene un efecto liberador, porque, a veces la presión del bussines es difícil. El estar en el negocio peleando de cara al público te resquebraja la máscara, por decirlo así, te cansa. Y el volver a la intimidad de los libros y de las ideas es un camino de luz, liberador, muchas veces, pero luego viene la contrapartida, y es que cuando uno está encerrado una temporada entre los libros, empiezas a echar de menos la intensidad de la carretera, y el contacto con la gente y la vida compartida con los músicos, pues compartir con los músicos el encuentro de la sonoridad es lo máximo. Con el público es lo mismo, cuando te das cuenta que la gente te está ayudando a construir, a levantar las canciones, a mantenerlas en vida. Es casi también como una adicción que no te puedes quitar. Por mucho afán intelectual que tengas, la carretera tira de ti y eso te lleva también pa’ delante”.