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Guillermo del Toro «En casa con mis monstruos».

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Hace ya cinco meses que la exposición de “En casa con mis monstruoso” del cineasta Guillermo del toro  fue abierta al público en la ciudad de Guadalajara, una exposición que fue muy comentada por los medios ya que prometía ser algo espectacular y no se equivocaron. 

 

Hace ya cinco meses que la exposición de “En casa con mis monstruoso” del cineasta Guillermo del Toro  fue abierta al público en la ciudad de Guadalajara, una exposición que fue muy comentada por los medios ya que prometía ser algo espectacular y no se equivocaron. 

Para nosotros en la revista fue también muy esperada por el tour que organizamos del 18 al 21 de octubre, en la penúltima semana que se suponía que estaría en el Museo Musa, decimos se suponía ya que hace algunos días esta fue extendida una semana y de manera gratuita, noticia que llenó de felicidad  a muchos, pero sobre todo a los habitantes de la ciudad ya que era más fácil adquirir sus boletos, o eso parecía porque se documentaron largas filas y esperas de hasta 5 horas para quienes querían un boleto, pero para quienes viajábamos de otras ciudades, solo esperábamos con ansias que la fecha marcada en nuestro boleto llegara.

El recorrido fue toda una experiencia, al llegar el acceso era rápido, caminabas  por un pasillo que te llevaba al guardarropa donde dejabas casi todas tus pertenencias a excepción del celular, y tu bolsa personal, pasabas por seguridad donde volvían a revisar lo que llevabas y si ellos consideraban un objeto que podía dañar algo te regresaban al guardarropa para que lo fueras a dejar, cualquiera diría que era exagerado pero ya en el recorrido entendías el por qué, seguía una sala donde esperabas el color del brazalete que te habían puesto para pasar a la exhibición y es en esta sala donde se encontraba la famosa figura de Guillermo del Toro,  si no lo llegaste a ver  en persona, esta pieza te consolaba pues casi era como si ahí estuviera. 

Aquí es donde iniciaban ya los nervios, cuando la pantalla ponía el color de tu brazalete, era momento de hacer fila: Ya ibas a entrar.

Te recibía el guía y te mostraba el texto de inicio que Eugenio Caballero, el curador,  quien es el creativo junto a Guillermo en “El Laberinto del fauno”, había hecho para esta exposición, aquí había otro pasillo que al lo largo estaba lleno de ojos que se movían simbolizando que estabas siendo observado, ahí comenzaba el recorrido.

«En casa con mis monstruos» 

Escuché y escribí tanto el nombre que no le había dado la importancia hasta que estuve en la exposición, sabía que las piezas eran de él, pero no dimensionaba que significaban, estas piezas no solo le pertenecen,  Guillermo convive con ellas todos los días en su casa, son parte de su día a día, fue gracioso, pero hasta que estuve ahí mi cabeza lo pudo comprender, entonces también entendí la seguridad del lugar, sentí como un mensaje de  «son mías, no me las vayas a dañar» como cuando va tu vecina y lleva a su hijo a tu casa y agarra tus juguetes o tus tiliches como les dice Del Toro,  así lo vi yo. 

El recorrido de las ocho salas fue una caminata que duró alrededor de 2 horas donde vimos a los monstruos más famosos del coleccionista como “El Fauno”, “El Ángel de la Muerte”, “El Hombre Anfibio”, “El Hombre Pálido”,  pero también cosas muy particulares, como un piojo de un Kaiju de la película de «Titanes del Pacífico», aunque honestamente no es el tiempo necesario para ver las 900 piezas, resulta un poco apresurado, pero terminas bastante cansado, está muy detallada,  y aún con cansancio siempre quieres saber más; para quienes gustamos de ver bien, calculo que serían necesarias unas 4 a 5 horas como tiempo estimado para leer, ver y tomarte la foto, pero fue una excelente idea que este fuera guiado ya que estaba lleno de anécdotas que por ti solo, no las ibas a saber.

 

 

Lo destacable entre lo destacable:

Algo que llamó mi atención es que en el recorrido estaba  un puesto de revistas, sí, un puesto de esos que vemos en la calle, con sus detalles y oxidación, era el puesto en el que de niño Guillermo compraba  historietas, este estaba junto a la colección de revistas que adquirió ahí mismo, historietas del Santo el enmascarado de plata, además de tener un traje del mismo luchador y la fotografía famosa donde no lleva puesta la máscara, junto a unos mallones de Blue Demon, luchador favorito de Guillermo; este hecho me dejaba más clara la obsesión y el amor por los recuerdos que las personas vamos guardando con los objetos, me sentí un poco identificada, nuevamente comprendí un poco más la creatividad de este señor que se ha vuelto muy respetable. 

Lo curioso: en la exposición se incluyen algunas obras de José Fors, sí el mismísimo vocalista de la Cuca, ya que son amigos y el cantante también es pintor. 

 

Casi al finalizar el recorrido había una gran fotografía que se tomó del interior de su casa, en este punto ya se entendía todo, estabas en su casa y con sus monstruos. 

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